jueves, 3 de noviembre de 2011

¡Cabrones!

 Estaba tendido en la camilla aparentemente inconsciente. En su brazo, acribillado por pinchazos de la droga, figuraban tatuadas las siglas COPEL (colectivo de presos en lucha). Era un preso peligroso condenado a treinta años por violación y asesinato de una niña de once años.
Procedí a explorarlo y su respuesta fue salir bruscamente de su estado y atacarme de forma inesperada. La rápida actuación de los policías me libro de su violencia pero no de sus insultos y amenazas. Fue una auténtica odisea poder diagnosticarle un proceso agudo y disponer la intervención quirúrgica.
Su estancia hospitalaria fue un constante interferir negativamente en sus propios cuidados, amenazando al personal sanitario. Tuvimos que consentir, contra costumbre, la presencia policial permanentemente a su cabecera. Al alta, respiramos tranquilos sabiéndolo encarcelado.
Lo he recordado al conocer la expresión que se le ha escapado, sin querer, a una juez de la Audiencia Nacional en el juicio de unos etarras acusados de homicidio. Durante aquella operación, mientras pensaba en la niña violada y asesinada, a mí también se me escapó la misma exclamación: ¡Pedazo de cabrón! Sin embargo, empleé todo mi conocimiento y experiencia en proporcionarle a aquella alimaña humana la posibilidad de seguir viviendo su vida miserable.
Quiero argumentar así mi convencimiento de que los sentimientos de personas honestas y comprometidas con su deber social, como la juez, no impiden ejercer correctamente su cometido, actuando con la debida justicia y equidad.

Mi comprensión y apoyo para ella. Y a los etarras: ¡Pedazo de cabrones!, no os merecéis una justicia como la que os están proporcionando.   

4 comentarios:

  1. hola, buenas noches.
    Tengo que decir, que mi punto de vista en nada puede parecerse al vuestro. Mi oficio no me obliga a nada y menos a trabajar para quién no me apetece. Es más, no sé si podría ejercer con justicia, o salvar la vida a unos tipos con semejantes delitos a sus espaldas. Creo que estáis hechos de una madera mucho más noble que la mía.
    Sé que puedo perdonar e incluso olvidar, pero de ahí a ser ecuánime sabiendo lo que sé, me parece un logro, incoherente. La libertad del individuo debería de estar por encima de las normas establecidas. Así, cada uno tendría la asistencia que su bagaje le permitiera.
    Siento que alguien me debería domesticar, pues
    ante estos individuos, me sale mi lado más salvaje, apartándome de mi propia especie.
    Un saludo.Pepe Herrera

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  2. Luis, el título me repelió, pero seguí leyendo para comprender esa "palabrota". Y sí, la comprendí.
    Siendo objetivos hemos de reconocer que la juez cometió una falta impropia en el ejercicio de sus funciones, aunque fuera de ellas, no nos sorprendiera.
    Hoy mismo he leído la noticia de que se abstenía en el juicio que debía celebrarse contra esos individuos, lo cual la honra; es una prueba de que, independientemente de sus sentimientos,puede ser neutral y aplicar la ley con justicia y no con venganza.

    Respondiendo a Pepe Herrera:¡¡Bienvenido a La Tertulia!!, pero no seas tan impulsivo, hombre.Nadie puede "tomarse la justicia por su mano", por mucho que nos duela o nos concierna un hecho violento.
    Hay profesiones difíciles de ejercer: la de juez,la de médico y la de profesor necesitan un control de sus sentimientos y si cometen un error, deben reconocerlo y rectificar.En lo que no estoy de acuerdo es en que por un desliz verbal se ponga en entredicho la profesionalidad de estas personas, olvidando toda la buena labor realizada durante años.
    Bueno, Pepe, me has hecho reir con tu sincero "salvajismo". No creo que el león sea tan fiero como le pintan"(se pinta él mismo).
    ¿Domesticar?... Los hombres sois muy difíciles.
    Pero si frecuentas esta Tertulia, ya nos encargaremos. Mañana me compro el látigo.
    Un saludo.

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  3. Yo no he dicho que fuese capaz de tomarme la justicia por mi mano. He dicho que no sería capaz de hacer justicia tal y como se entiende en un estado de derecho.
    Me temo que no podría ser imparcial.

    Un saludo, pero sin látigo que ya te veo con el traje de cuero negro y las cremalleras jajajajajaj
    Pepe Herrera

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  4. Perdona,te interpreté mal.No obstante, una buena dosis de imparcialidad siempre es necesaria para opinar y tomar decisiones.

    Mi equipo no es tan completo, y el látigo solo lo utilizo con los recalcitrantes, que seguro no es tu caso.Agradezco tu sentido del humor.

    Un cordial saludo.

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