miércoles, 26 de octubre de 2011

MUERTE DIGNA

Hay muertes apacibles, silenciosas, que sorprenden mientras se duerme; otras “elegantes”-como le oí a un médico-cuando, de pronto, el corazón niega sus latidos en un momento placentero de la vida cotidiana. Incluso hay muertes que, aun dentro de la tragedia, tienen tintes poéticos, como la de Edith Holden, naturalista, poetisa e ilustradora inglesa que se ahogó al caer al Támesis cuando intentaba alcanzar flores de castaño.

Pero él está inmóvil en una cama desde hace años ,conectado artificialmente a la vida. No habla, no reconoce a los suyos, no come y lo alimentan por una sonda nasogástrica que, más de una vez, él intenta arrancársela y, para evitarlo le vendan las manos con los dedos apiñados como un muñón.
**********************************************************************
La Ley de “Cuidados paliativos y Muerte Digna”, permite “sedaciones terminales para evitar que el sufrimiento del enfermo desahuciado se prolongue, aunque suponga acelerar su muerte”,siempre que haya consentimiento del enfermo.
El empeño en mantener con vida al desahuciado, por medios artificiales, es considerado “ensañamiento terapéutico” porque prolonga el sufrimiento
inútilmente. Si bien el término “ensañamiento” no me parece adecuado, estoy de acuerdo en el espíritu de la frase.
- Se establecen también las obligaciones del personal sanitario y la objeción, por parte de estos profesionales, será considerada delito.

Esta ley, suscita debates éticos, porque algunos ven en ella una “eutanasia encubierta”, contraria a sus creencias religiosas y prejuicios morales.

No obstante, hay diferencias notables:
-En la Ley de Muerte Digna, la eutanasia sigue siendo delito.
-No afecta a los enfermos de Alzheimer en una fase avanzada, y a los que padecen enfermedades degenerativas de total invalidez, aunque estos expresen su voluntad de morir.
-La eutanasia incluiría a estos enfermos sin posibilidad de recuperarse ni de vivir satisfactoriamente, que manifieste su firme deseo de morir.

El término eutanasia viene del griego; se define como “acción u omisión que acelera la muerte de un desahuciado, con el fin de evitar el sufrimiento”, cuando el enfermo dé su aprobación.

Hay mucho recelo en aceptar la eutanasia, por tres motivos:
1-Las creencias religiosas que atribuyen a dios la vida y la muerte.
2- El uso que los nazis hicieron, como “depuración de la raza”, asesinando a los discapacitados de todo tipo.
3- No siempre los enfermos están en condiciones de dar su consentimiento.

Algunas cuestiones de esta ley me suscitan dudas:
1-¿No necesitarían apoyo legal los enfermos mantenidos artificialmente con vida, sin esperanza de recuperación, y los que sufren enfermedades degenerativas de gran invalidez, para beneficiarse de la muerte digna?
2- ¿Se puede obligar a vivir a un enfermo, contra su voluntad?
3- ¿Puede considerarse delito la objeción del personal sanitario?

Ya sabemos que la objeción puede ser una estrategia de partidos políticos y organizaciones religiosas para boicotear la ley, pero, aun así, me cuesta
aceptar que objetar, por razones de conciencia, deba considerarse delito.

34 comentarios:

  1. De los tres motivos que pueden causar recelo el N°2 es el más estúpido de todos, ¿es que acaso los nazis inventaron la eutanasia?.
    El N°1 sería válido solamente para los creyentes, nadie tiene derecho a imponerle sus creencias a otro y obligarlo a vivir de acuerdo con ellas. El N°3 tiene algunos detalles, es verdad que algunos no están en condiciones de dar su consentimiento, ¿pero y los que si están en condiciones de darlo?.
    Yo creo que cada uno es dueño de su vida y puede disponer de ella, pero respeto la opinión de quienes no lo creen y prefieren esperar a que su Ser Superior se la quite aunque sea de la forma más espantosa posible.
    Pero de todos modos no estoy de acuerdo con mantener con vida a una persona artificialmente y en condiciones que muchas veces tienen la crueldad de la peor de las torturas.

    ResponderEliminar
  2. En cuanto a las dudas, como no conozco la ley solo podría asumir que sería necesario el apoyo legal para que las personas afectadas puedan ejercer sus derechos sin que otras personas busquen impedirselo.
    Como decía antes, creo que no se puede obligar a nadie, sano o enfermo, a vivir en contra de su voluntad.
    No se a que se refiere con "objeción" del personal sanitario, ¿que objetarían? .
    Ahora, si hay organizaciones religiosas de por medio y si estamos hablando de esas medievales, ahí si que se complica el asunto...

    ResponderEliminar
  3. Creo que es un tema lo suficientemente importante y trascendente como para emitir una opinión superficial. El manejo el gran momento de la muerte merece una reflexión profunda y desentendida de creencias preñadas de prejuicios sociales. Hemos de estudiar con calma todo lo que le concierne a fin de no juzgar a la ligera conductas y actitudes personales.

    Fany deja sobre la mesa aspectos que, no obstante, no puedo dejar pasar sin opinar. Prometo hacerlo en breve.

    ResponderEliminar
  4. Jenofonte,respondo a algunas opiniones tuyas:
    1-Los nazis no inventaron la eutanasia,claro,pero se valieron de ella con una interpretación perversa e inhumana.Y,si exterminar a enfermos y discapacitados se hizo en un determinado momento histórico, ¿quién puede asegurar que, si fuera legal, no podría volver a llevarse a cabo?.O, sin ir tan lejos, podría solicitarse por un familiar,para quitarse la carga que supone un enfermo grave, o por otros motivos aún más perversos.Eso es lo que algunos temen si se legalizara la eutanasia.

    2-Las creencias religiosas y éticas,mientras el Estado no sea absolutamente laico, influyen en las leyes que se promulgan.Aquí se ha visto con la ley del aborto,( que ya veremos en qué queda si llega a gobernar el PP.)

    3-La objeción de conciencia consiste en negarse a cumplir una ley que te obliga a realizar un acto que repugna a tu conciencia, por motivos religiosos, éticos, humanitarios, o de otro tipo.
    Es decir que si la ley de muerte digna autoriza las sedaciones terminales de desahuciados para evitar el sufrimiento, aun sabiendo que con ello acelera la muerte del enfermo, el personal sanitario no puede negarse a ello -alegando que va contra su conciencia- sin incurrir en delito.

    En esto es en lo que tengo muchas dudas.La obligación de realizar actos ,por exigencia legal,contrarios a lo que dicta la conciencia,no me parece delito. Es el caso de los desertores en las guerras.Claro que hay una diferencia importante: en la guerra se obliga a matar y a ser cruel, mientras que con la ley de muerte digna se obliga a evitar el sufrimiento de un enfermo, que es como decir, a ser caritativo, a ayudar al bien morir.

    Espero que Luis,como médico que habrá visto situaciones extremas, podrá darnos argumentos de peso sobre la Ley de Muerte Digna y sobre la eutanasia.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Corrijo un error de mi anterior comentario.Donde dice:

    "La obligación de realizar actos ,por exigencia legal,contrarios a lo que dicta la conciencia,no me parece delito".

    Quiero decir: "no me parece justo; y negarse a ello no debería considerarse delito".

    Disculpad el lapsus. Gracias.

    ResponderEliminar
  6. 1- Sigo sin entender el argumento que hace referencia a los nazis. Claro que una ley, cualquiera ley, puede ser mal interpretada y manipulada, pero negarse a la promulgación de una ley porque "podría" ser aplicada abusivamente no es un argumento válido. Es labor de los legisladores elaborar una ley bien pensada, lo más clara posible, libre de resquicios que puedan ser mal usados.
    (Si la ley coránica permite que un marido repudie a su mujer sin expresión de causa, ¿no se puede tener una ley de divorcio porque podría llegarse a que los hombres podrían desprenderse de su mujer por cualquier motivo?, es ilógico pensar así).

    Configurar como delito la objeción de conciencia, así como la explicas, es algo absurdo a más no poder, y me da la impresión que es una trampa puesta en el proyecto justamente para provocar su rechazo. Si la objeción de conciencia se acepta hasta en instituciones como el servicio militar o incluso en detalles como que no se puede obligar al miembro de una determinada religión a ingerir un alimento prohibido por su ley, si a un padre se le permite que le niegue una transfusión de sangre a su hijo dejándolo morir deliberadamente, ¿cómo se le puede ocurrir a un legislador darle carácter de delito a negarse a cumplir una orden que a alguien le repugna, cuando esa orden la puede cumplir otro miembro del personal, sin objeción?.

    Ahora, ¿no podría hacerse como en lo de la donación de órganos? Yo firmé una autorización para que dispongan de los míos, ¿no podría firmar una autorización para que me desconecten del respirador cuando ya no tenga remedio?.

    ResponderEliminar
  7. En Noviembre del 2002 se promulgó una ley que establece:
    " una persona mayor de edad, capaz y libre, manifiesta anticipadamente su voluntad, con objeto de que ésta se cumpla en el momento en que llegue a situaciones en cuyas circunstancias no sea capaz de expresarlos personalmente, sobre los cuidados y el tratamiento de su salud o, una vez llegado el fallecimiento, sobre el destino de su cuerpo o de los órganos del mismo. El otorgante del documento puede designar, además, un representante para que, llegado el caso, sirva como interlocutor suyo con el médico o el equipo sanitario para procurar el cumplimiento de las instrucciones previas".

    Es lo que llamamos "Testamento Vital",o "Documento de instrucciones previas".Y, en cualquier momento puede ser modificado.
    Supongo que en estos casos no se presentarían problemas legales.
    Creo que hay que confiar en el buen hacer de médicos y personal sanitario de acuerdo con el enfermo y familiares, en caso de que aquel no pudiera expresar su voluntad.

    ResponderEliminar
  8. Pero esa frase de: "sobre los cuidados y el tratamiento de su salud" es poco clara, ¿serviria, llegado el caso, para que lo desconecten de un respirador artificial? ¿o un abogado puede demostrar que la desconexión no es "cuidado" ni "tratamiento"? ¿o que en el momento de firmar el documento no era "capaz"?.
    Ahora, ¿podria suceder que el representante no sea un familiar y un familiar cercano impugne el documento?.
    De puro suspicaz que soy me atrevería a pensar que esa ley sirve para la disposición del cuerpo solamente y ni siquiera siempre.

    ResponderEliminar
  9. Han sido tan espléndidos esto últimos días al borde del mar, tan luminosos, tan vitales, que me ha sido imposible bucear en el tema de la muerte, como había prometido. Decía que es demasiado importante para abordarlo superficialmente. Pero Fany sugiere tantos aspectos a debatir que he de hacerlo por partes.

    El preámbulo, lo que está antes de la línea de asteriscos, es una premisa falsa: Presenta Fany el momento de la muerte como un suave y placentero paseo al atardecer, cuando ya se tienen los deberes hechos; incluso lo adorna con pinceladas artísticas para, a continuación, dibujar una situación dramática en la que convierte al moribundo en un personaje pasivo y saca a bailar, implícitamente, a otro u otros, que toman la manija, y los convierte, por acción u omisión, en perplejos protagonistas de una tortura por el simple placer de llevarle la contraria.

    Naturalmente, esto no es así en la realidad. Admito que el acontecer médico afecta a todos muy profundamente y, en consecuencia, está sujeto a opiniones que, aunque faltas de autenticidad, han de tolerarse por el contexto doloroso en el que suelen formularse. Y la falta de debate social serio (prácticamente la totalidad de las denuncias son no procedentes) permite que apreciaciones falsas tomen cuerpo en el sentir y conocimiento general e induzcan a políticos impulsivos a proclamar leyes imperfectas de indeseables consecuencias por el objeto que se trata. Porque el asunto es mucho más complejo de lo que parece y no es correcto un juicio de valor a la ligera.

    Efectivamente, mi larga experiencia como cirujano en un hospital de primer nivel me proporciona un nivel de opinión privilegiado sobre la muerte, pero sería insuficiente si no profundizara en sus connotaciones filosóficas y obviara la repercusión sociale que tiene, de muchísimo mayor calado que el simple relato personal.

    Procedo, desde hoy, a laborar una especie de ensayo que publicaré como respuesta oportuna. ¿Os parece?

    Un cordial saludo a todos.

    ResponderEliminar
  10. El tema es difícil de discutir porque la vida, la muerte y lo que hay o no hay después son cosas que han inquietado al espíritu humano desde el principio.
    Pero cuando el problema se hace casi imposible es cuando entran a trabajar nuestras instituciones sociales, religiosas, políticas y económicas, plagadas de los más interesantes dobles discursos. En algunos casos son defensoras de la vida, en otros les es indiferente y en más de uno la quitan sin complicarse mucho.
    A nosotros nos ocurre lo mismo, es muy posible que lo que decimos cuando creemos que la muerte está lejos no sea lo mismo que si la vemos cara a cara.
    Bueno, sigamos conversando.

    ResponderEliminar
  11. Leo con interés cuanto aquí habéis escrito sobre este trascendental tema.Yo creo que esta ley es necesaria para el enfermo y para dar seguridad a los profesionales que le asisten contra quienes pudieren denunciarlos por mala práctica de su deber.
    También me planteo dudas,como Jenofonte,de si llegado el momento el enfermo mantendría su decisión o tendría una "crisis de esperanza" y querría seguir viviendo.

    Espero, con interés,las opiniones de Luis, como profesional en la Comunidad andaluza,primera en promulgar la ley( en marzo del 2010) y en aplicarla.

    Luis, no entiendo por qué consideras "premisa falsa" (adjetivo contundente en exceso), los dos primeros párrafos del escrito de Fany.Yo he visto de cerca algunas de esas formas "apacibles" de morir y también la trágica situación del enfermo terminal que describe, casi con las mismas características.
    Es posible que después de la "ley de autonomía del paciente", del 2002, ya no se prolonguen estos estados degradados que suponen sufrimiento para el enfermo y familiares, pero no puedes negar que esto ha sido así.El caso que yo conocí se refiere a un anciano de una Residencia Pública de la 3ªEdad.No me parece correcto que digas "es una premisa falsa", e incluso con un deje de ironía cuando añades: "incluso lo adorna con pinceladas artísticas".
    Yo leo ese preámbulo como breve relato indicativo de que, a veces, es necesario que se ayude a morir porque nunca se sabe cuándo ni cómo nos llegará ese ineludible momento.
    Volveré a opinar cuando conozca tu punto de vista.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  12. Me interesa este tema porque nos concierne a todos y puede ser sufrir modificaciones con los cambios de gobierno.
    Respondiendo a Fany:
    1-Creo que la ley debería asistir a todo enfermo desahuciado que exprese su voluntad de morir.
    2-No se puede obligar a vivir a enfermos cuya situación de grave invalidez les hace la vida insatisfactoria.
    3-Mejor que los médicos pongan en primer lugar el interés del enfermo y cumplan su voluntad, a pesar de sus creencias religiosas o éticas.
    Pero, en el caso de que objetaran sobre la aplicación de la ley, no creo que debiera considerarse delito.Siempre habría otro profesional que le reemplazara, aunque en esto veo un fondo de hipocresía: "yo me niego, pero hazlo tú".

    -En cuanto a la eutanasia; si se legislara con claridad, sensibilidad y detalladamente,opino que liberaría a algunos enfermos,totalmente dependientes, que no encuentran aliciente para vivir, sino que sufren con ello.

    Respondiendo a Luis:
    -Me parece muy bien que respondas, ampliamente, sobre este tema.
    -Explica también eso de "premisas falsas".No veo que sean premisas ni falsas.Son formas de morir; unas no requieren ayuda, otras sí.Eso es lo que yo he deducido del preámbulo de este tema.

    Saludos a los participantes.

    ResponderEliminar
  13. Lo siento, pero la respuesta prometida no me cabe aquí ni a trozos.
    Como prefiero no dividir lo indivisible lo publicaré en la cabecera.
    Pido disculpas por ello.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  14. Me parece bien que exista una ley que proteja el derecho del enfermo a decidir sobre su vida o su muerte.

    La vida es algo más que los mecanismos biológicos por los que seguimos existiendo.Pensamos,sentimos,
    interactuamos con la sociedad,creamos...
    Si quedamos relegados a la pasividad, si el mundo-y hasta nuestro entorno más amado- nos llega a resultar indiferente, inexistente...
    ¿De qué nos sirve respirar?.

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un amigo me ha recomendado leer este tema y me alegro de haberle hecho caso.Todo lo que aquí se expone es muy interesante, pero he elegido las palabras de Iris porque, brevemente, resumen mi opinión:
      ¿De qué nos sirve respirar?...La vida es algo más.

      Me quedan ganas de volver a participar en esta Tertulia, si el tiempo me lo permite.
      Sr. Luis Vázquez, le felicito por crear esta agradable e interesante Tertulia.
      Saludos.

      Eliminar
  15. Un tema muy interesante y polémico si la ley y los supuestos que pueden darse, no se interpretan con rigidez.
    Sobre la expresa voluntad del paciente, una vez inconsciente,sin posibilidad de revocarla,cabe la decisión de los familiares,después de oír la opinión de los facultativos sobre la situación concreta en que encuentra el enfermo.
    Creo que cada uno opina según sus experiencias más o menos traumáticas.

    En cuando a la objeción por parte del personal sanitario, la admito.No se puede obligar a nadie a realizar actos contrarios a su ética.

    Jenofonte pregunta si la ley autoriza "desconectar un respirador artificial".
    Sí, siempre con el consentimiento de la familia y el paciente.
    Estoy de acuerdo con él en que el hecho de que alguien pueda hacer un uso perverso de la ley, no es motivo para rechazarla.

    Y, de acuerdo con otros lectores, creo que la vida que todos deseamos es algo más que respirar.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  16. Creo que está (casi) todo dicho sobre este complejo y delicado tema que planteó Fany oportunamente y que extendió Luis Vázquez Márquez en su emotiva entrada del día 5. Quizá sea adecuado, más que opinar sobre las posiciones de los demás, exponer la mía («personal e intransferible»): he pedido a mis hijos que, llegado el momento, decidan ellos hasta dónde llegar con los cuidados paliativos, y ello porque: a)no quiero decidir ahora cómo he de comportarme, ni sé cómo seré capaz de hacerlo, en ese momento; b)ellos estarán más lúcidos que yo en esa ocasión, y c) asumir esa responsabilidad les hará involucrarse más en ese trance y, consiguientemente, «sufrirán» más en ese momento pero luego lo recordarán con menos dramatismo.
    Saludos cordiales

    ResponderEliminar
  17. Para mi, vivir no es solo estar vivo. Por lo tanto, cuando deje de vivir, prefiero dejar de estar vivo.
    Las leyes no son para los enfermos terminales, si no para los que están vivitos y coleando; para ellos hay que hacer las leyes de forma que no las utilicen en su beneficio, si no en beneficio del pariente o amigo (hay amigos que nos quieren más que los familiares) que se encuentra en un trance tan "delicado". Por ello, entiendo que es necesario legislar con el compromiso de profesionales de la medicina,
    agentes sociales, auxiliares de geriatría y personas que por razón evidente, estén vinculados con los cuidados paliativos y sus consecuencias.
    El amor no es solo decir te quiero, el amor se demuestra de mil maneras, una de ellas es dejar que no se sufra inútilmente.
    Yo solo espero, que me quieran lo suficiente.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  18. Me detengo en este último párrafo de Pepe Herrera,que me gusta especialmente porque estas palabras me hablan de un aspecto del amor muy trascendente;acaso la forma más difícil de amar.

    "El amor no es solo decir te quiero, el amor se demuestra de mil maneras, una de ellas es dejar que no se sufra inútilmente.
    Yo solo espero, que me quieran lo suficiente".

    Pepe, ¡¡ qué estremecedora verdad la que expresas en este párrafo!!.
    Ayudar a morir puede ser también un acto de amor.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  19. Suscribo tu comentario de pe a pa, Pepe Herrera. Coincide exactamente con lo que pienso; incluso en la ambigüedad respecto del sujeto real o aparente de la ley, y en la duda implícita de que ésta corra el riesgo de ser imperfecta —y, por lo tanto, injusta— si se hace al margen de los protagonistas en el manejo de la enfermedad y la muerte.

    ¿Amor decís? (otro tema de tertulia). No concibo a nadie que no se vuelque en ayudar en esa terrible situación a personas que piden ayuda para soportar y esperanza para soslayar, desprovistas ya de toda apariencia social o convencional. Amor, sí, puede que sea amor.

    ¿Os cuento otra anécdota médica?

    ResponderEliminar
  20. Te lo agradecería.
    Después de todo, las vivencias son la forma más real de crecer humana e interiormente.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  21. Luis,entiendo que Pepe Herrera va más allá de lo que tú has venido expresando.Creo que en ese "no dejar que sufra inutilmente",admite la polémica aceleración de la muerte del enfermo.
    Tú, en cambio dices:

    "... ayudar en esa terrible situación a personas que piden ayuda para soportar y esperanza para soslayar, desprovistas ya de toda apariencia social o convencional."

    Insisto: evitar el sufrimiento es un acto caritativo, pero el verdadero acto de amor,en estos casos,es no dar cuerda a la muerte lenta, sino acelerarla.

    Y vuelvo a citar a Pepe:

    " Para mi, vivir no es solo estar vivo. Por lo tanto, cuando deje de vivir, prefiero dejar de estar vivo".

    Luis, ¿suscribes esto también?.

    Saludos.

    Espero tu anécdota.

    ResponderEliminar
  22. Totalmente, pero mi derecho a preferir no vivir no debe inculcar el derecho a que otro no quiera quitarme la vida. Os muestro una opinión de expertos:
    A principios de año, la ministra de Sanidad, Leire Pajín, anunció a bombo y platillo que el Gobierno trabajaba en el texto de una “ley de muerte digna”. Los médicos españoles, aunque contrarios al nombre de la norma, aplaudieron la medida ante la necesidad urgente de regular la atención al final de la vida con una ley nacional que garantizara la equidad para todos los españoles.

    Pero a poco más de una semana para las elecciones generales, el Gobierno “no ha sabido, no ha querido o no ha podido dar una respuesta satisfactoria”, afirma el presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), Juan José Rodríguez Sendín.

    Lejos de quedarse de brazos cruzados, la OMC presentó ayer, junto a la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (Secpal), una guía de sedación paliativa cuyo objetivo es “quitar el miedo” que tienen muchos médicos a proporcionar esta atención a sus pacientes, bien por ignorancia o por el vacío legal existente ante la ineficiencia política. En opinión de Sendín, esta es “la mejor manera de luchar contra la eutanasia”, porque lo único que “se pretende es que ningún enfermo sufra innecesariamente y que ninguno desee morir por falta suficiente de atención y asistencia”. “La guía surgió como una necesidad urgente para que todos los médicos españoles supieran qué, cómo y cuándo debe hacerse una sedación en enfermos terminales”, apuntó Marcos Gómez, uno de los primeros profesionales que en 1989 empezó a trabajar en medicina paliativa. Tras apuntar que “hoy la sedación paliativa es un tratamiento médico universalmente aceptado como tal”, añadió que “ningún médico puede acogerse a la objeción de conciencia para aplicarla porque es una crueldad”.

    La guía indica que la sedación sólo se ha de considerar “como un tratamiento adecuado en aquellos enfermos presos de sufrimientos intolerables y que no han respondido a los tratamientos adecuados”. En ningún caso es aceptable ante síntomas difíciles de controlar o cuando estos no han demostrado su condición de refractarios –aquellos que no pueden tratarse de ningún modo–.

    Opinión refrendada ayer por el presidente de la Secpal, Javier Rocafort, que afirmó que “no es aceptable que un paciente tenga un sufrimiento intenso, pero tampoco que se aplique una sedación con fármacos o dosis incorrectas cuando no está indicada”. En este sentido, Sendín apostilló que “la eutanasia y la sedación son cosas distintas. Mientras la primera va en contra de la profesión médica, la segunda, no”, reiteró.

    ResponderEliminar
  23. ¿ Hay alguna guía que indique cómo evitar el sufrimiento del alma?.

    Al parecer esos sabios organismos solo piensan en el sufrimiento físico; el más fácil de evitar.

    Saludos

    ResponderEliminar
  24. Difícil dilema la opinión de Luis:

    "mi derecho a preferir no vivir no debe inculcar el derecho a que otro no quiera quitarme la vida".

    ¿Qué derecho debe prevalecer?.Creo que debería ser el de la parte más débil.

    Respondiendo a Calotipo: muy buena y necesaria tu pregunta.No solo debe pensarse en enfermos inconscientes, sino en los que son conscientes de su deterioro irreparable y sufren intensamente por ello.

    En cuanto a la existencia de la ley, la creo necesaria.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  25. Bienvenido a la tertulia, Tono.
    No se trata de que un derecho prevalezca sino no conculcar otro que también es legítimo.

    La anulación del sufrimiento, también en el momento de la muerte, está suficientemente garantizada en la medicina actual. No es posible describir aquí la cualificación cintífico-técnica, la dedicación y el interés que los médicos —también como personas— aportan a este cometido, pero le aseguro que ha sido y es una constante en su quehacer. Es una equivocación y una injusticia señalar al médico como el malo de la película.
    Por tanto, no creo necesaria una ley, ajena a la medicina, que obliga a matar, hecha desde el oportunismo y la demagogia.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  26. Nadie ha señalado al médico como "el malo";entiendo que la ley considera un acto humanitario el ayudar a morir, si el enfermo lo desea, y así lo ve el lo solicita y sus familiares.
    Tampoco creo que la ley sea demagógica ni oportunista, sino necesaria para proteger a los enfermos que quieran acogerse a ella.

    Bueno, asimismo he de manifestar que los médicos están en su derecho de objetar; siempre habrá algún facultativo que lo vea de otra manera.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  27. Luis, no entiendo por qué dice usted que esta ley es ajena a la medicina y "hecha desde el oportunismo y la demagogia".

    La ley no obliga a nadie.Opino,como otros tertulianos, que protege a los enfermos desahuciados que deseen acogerse a ella.
    Solo en la objeción del médico, creo que la Ley se excede.En lo demás estoy de acuerdo.

    Un cordial saludo

    ResponderEliminar
  28. Es sencillo, Tono y Fernando. Porque el enfermo desahuciado tiene ya un especial manejo terapéutico que le hace morir sin dolor y con dignidad. Desgraciadamente, solo un 12% muere en la cama hospitalaria rodeado de médicos.
    La ley esconde, tras los cuidados paliativos, una puerta abierta a la eutanasia, penada en nuestro código y contraria a la ética profesional. Por eso se está haciendo al margen de las sociedades médicas especializadas y buscando, demagógicamente, un apoyo basado en el manido enfrentamiento religioso. Es una mala ley porque oculta el principio que busca, está exenta de rigor y conculca derechos de terceros.

    Saludos para todos.

    ResponderEliminar
  29. Hace poco he pasado por la muerte de un familiar y, gracias a la ley de Muerte Digna, se nos han hecho a todos más llevaderos esos momentos de por sí trágicos.
    ¿Por qué prolongar la agonía cuando ya no se puede vivir?.
    Gracias por debatir este tema poniéndolo al alcance de todos.
    Saludos

    ResponderEliminar
  30. Buen tema y buenos comentarios.Creo que más que morir, lo que preocupa al ser humano es el cómo va a morir.Desde bien pequeños sabemos que la gente muere, pero la gran incógnita que nos desazona es qué muerte nos espera.

    Veo bien que existan personas dispuestas a ayudar a morir, tanto si hay ley como si no la hay.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  31. Rogelio y Carlo, ¡¡Bienvenidos a la Tertulia!!.

    Rogelio, más o menos te haces la misma pregunta que ya nos hemos formulado algunos.Gracias por darnos tu opinión.

    Carlo, estoy muy de acuerdo contigo.Lo que más angustia siempre es lo desconocido con sus infinitos interrogantes y posibles respuestas.

    Os animo a continuar en esta Tertulia compartiendo puntos de vista en los diferentes temas.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  32. He leído la mayoría de temas de esta tertulia y este es el que me ha resultado más interesante porque concierne a todo el mundo y también por la dinámica participación de los tertulianos y la del propietario del blog.
    Bueno y para no despedirme sin dejar mi opinión, repetiría lo que dice Carlo: nos preocupa el cómo vamos a morir, y por eso, una ley de "muerte digna" me parece necesaria.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  33. Muy interesante debate. He leído con atención del principio al final y comparto muchos sentimientos y conceptos de los que aquí se expresan.Quiero felicitar a todos por la forma de debatir un tema tan delicado.Mi experiencia me dice que hoy día se procura una "muerte digna" con ley o sin ley; es lógico y humano que así sea, pero,por si algo fallase, mejor que exista una ley.

    Saludos.

    ResponderEliminar